domingo, 27 de abril de 2014

10 cuidados del tatuaje


1. Mantenlo tapado durante las primeras horas

La tirita o el vendaje que el tatuador te pone sobre el tatuaje sirven para protegerlo. De bacterias, la luz solar, el polvo, etc. Déjalo tapado entre 2 y 4 horas. No caigas en la tentación de destaparlo para ver cómo ha quedado o enseñárselo a otros. Ya tendrás tiempo de disfrutar y presumir de él.
Si el tatuaje está cubierto con un plástico, quítatelo lo antes posible. Puede favorecer infecciones en vez de lo contrario. El plástico aumenta la temperatura en la herida y hace que se acumulen sangre y fluidos en ella.
2. Limpia el tatuaje

Utiliza agua tibia y jabón neutro (de glicerina, por ejemplo). No uses jabones con perfume o que contengan alcohol. Pueden irritar la herida y hasta dañar el tatuaje.
Limpia la zona 2 o 3 veces al día durante el primer mes. Usa tus propias manos en vez de una esponja o algo que pueda raspar la piel herida. Limpia toda el área para que no queden restos de sangre o cremas.

Sécate dando pequeños golpecitos con una toalla o una gasa. La herida debe quedar bien seca, pero no la aprietes demasiado ni las raspes.
3. Usa una crema antibiótica

Durante una semana más o menos. Sigue las instrucciones de aplicación que incluya la crema que utilices. Ayuda a prevenir infecciones. Algunas pueden ser graves como las infecciones por SARM que afectan tanto a tatuajes como a piercings.

Un ejemplo de crema antibiótica es Bacitracín, pero existen muchas otras opciones. Pide consejo a tu tatuador. Hay cierta controversia sobre los productos que deben o no usarse para el cuidado del tatuaje.

IMPORTANTE:
Las cremas y lociones antibióticas provocan alergias en algunas personas. Lee el punto 8 de abajo para más detalles.
4. Hidrata la herida

Bepanthol es uno de los hidratantes más usados y recomendables, porque además ayuda a la cicatrización. Otra opción es usar Vitamina A&D, que es un cicatrizante bueno y barato.
No uses hidratantes que contengan perfumes, alcohol, lanolina o ceras. Tampoco aceites. Dañan el tatuaje, causan alergias/irritaciones o taponan los poros y favorecen las infecciones.
Hay varios productos específicos para tatuajes como Tattoo Goo. Lo mejor es pedirle consejo a tu tatuador. Él sabrá recomendarte alguno, o un producto genérico quizá más barato e igual de eficaz.
5. ¡Cuidado con el agua!

No hay problema para darte duchas desde el primer día. Sólo ten la precaución de no empapar el tatuaje y aclarar deprisa el jabón o champú que caiga encima. Tampoco lo restriegues con la esponja o la toalla.
No tomes baños de inmersión durante unas 3 semanas. Sumergir tu nuevo tatuaje durante mucho tiempo lo dañará de forma quizá irreversible.
Conviene evitar bañarse en piscinas o en el mar en las 2 primeras semanas o hasta que el tatuaje cicatrice. La suciedad y las bacterias del agua pueden hacer que se infecte. O como mínimo dañarlo.
6. Protégete del sol

Es probable que el sol irrite la piel si el tatuaje es reciente. Y en general hace que pierda brillo o color. Usa un protector solar de nivel alto (factor 30 o superior) para protegerlo de los rayos ultravioleta.
7. Deja el tatuaje al aire

No lo tapes con vendas, tiritas o lo que sea pasadas las primeras horas después de hacértelo. Es una herida, ¿te acuerdas? Y suele convenir que las heridas estén al aire para evitar la infección de peligrosos microbios anaerobios (los que se multiplican en heridas no lo bastante oxigenadas).
Utiliza ropa cómoda y suelta que no oprima la zona del tatuaje.
8. Busca señales de alergias o infecciones

Pueden ocurrir hasta tomando todas las precauciones. Presta atención al aparecimiento de:
  • Sarpullidos.
  • Enrojecimiento.
  • Escozor y/o picor.
  • Fiebre.
  • Líquido que salga de la herida incluso después de curada, etc.
Son algunos de los síntomas de alergias o infecciones. Busca ayuda médica si es necesario.

9. No te rasques ni arranques las costras

Un tatuaje suele tardar 1 o 2 semanas en cicatrizar, según la zona donde esté y su tamaño. Evita rascarte por más que te pique y deja que se caigan solas las costras que se van formando.
10. ¿Y después qué?

Pasado un mes, tu tatuaje ya habrá cicatrizado y en principio ya no debe infectarse. A partir de ahí basta no exponerlo mucho al sol o usar un protector solar.

sábado, 26 de abril de 2014

Evaluación y tratamiento

Ante la presencia de una lesión cutánea sobre un tatuaje se impone, según el caso, la realización de una biopsia cutánea y/o un cultivo microbiológico. Las pruebas epicutáneas suelen tener una baja rentabilidad diagnóstica, y aunque cuando las lesiones son de tipo eccematoso se pueden obtener resultados positivos, éstas suelen ser negativas para el resto de reacciones inflamatorias retardadas. Por este motivo, algunos autores defienden la utilidad de las intradermorreacciones en estos casos.

Antes de realizar las pruebas epicutáneas conviene conocer la composición de los pigmentos utilizados por el artista. Esta tarea puede resultar muy difícil e incluso inviable, ya que la composición de los pigmentos suele ser muy compleja y puede incluir pigmentos orgánicos, metales y/o solventes. Además, los pigmentos suelen mezclarse antes de la manufacturación y el artista puede mezclar estos productos finales entre sí. Si no disponemos de la información necesaria nos puede ayudar la realización de un microanálisis de rayos X de la pieza de la biopsia o, mejor aún, del pigmento utilizado.

Para la realización de las pruebas epicutáneas utilizaremos la batería estándar del GEIDAC que incluye, entre otros, dicromato potásico, cloruro cobalto, sulfato de níquel, mercurio metal, PPDA, benzocaína, goma negra y mezcla de fragancias, y una batería de metales que incluya sales de hierro, tiosulfato sódico de oro, cloruro de paladio, cloruro de platino, óxido de titanio y sales de cadmio. El aceite de sándalo, presente en algunos pigmentos rojos, lo podemos encontrar en la batería de fragancias. Se puede utilizar el pigmento tal cual, pero en general es insoluble y no penetra en la piel. Si sospechamos una fotoalergia al pigmento amarillo con cadmio practicaremos un fotoparche. Ante la presencia de un tatuaje en la espalda deberíamos evitar la realización de pruebas epicutáneas en dicha zona, ya que posiblemente la inmunidad celular esté disminuida en esa área y el pigmento del tatuaje puede enmascarar las reacciones débiles. No obstante, se han comunicado pacientes con parches positivos sobre las áreas tatuadas.

Las reacciones a tatuajes pueden resolverse espontáneamente pero, a menudo, persisten durante meses o años a pesar del tratamiento con corticosteroides tópicos, intralesionales o sistémicos, y pueden requerir finalmente su eliminación mediante dermoabrasión, extirpación quirúrgica o láser.

Por otra parte, cada vez son más frecuentes las consultas para eliminar tatuajes y desgraciadamente éstos son más fáciles de adquirir que de eliminar. Tradicionalmente las posibilidades terapéuticas se centraban en la destrucción mecánica del tatuaje a través de procedimientos como la dermoabrasión o la quimioabrasión, o bien la escisión quirúrgica convencional. En la actualidad, el láser es la opción terapéutica más empleada y la que ofrece mejores resul tados cosméticos. Se han utilizado tanto la luz intensa pulsada como el láser, con resultados variables. Según el concepto de la fototermolisis selectiva, la elección del tipo de láser va a depender de la longitud de onda necesaria para destruir cada pigmento. Los más utilizados son el láser de Nd:YAG y el de alejandrita en modo Q-switchedque lo hace más selectivo para lesiones pigmentarias. Los tatuajes monocromáticos requieren menos número de sesiones que los policromáticos, en los que deben emplearse varios tipos de láser. Tras el tratamiento con láser pueden quedar cambios de textura y alteraciones pigmentarias transitorias o permanentes. Los tatuajes con dióxido de titanio y óxido de hierro son los que peor responden y pueden sufrir un oscurecimiento tras el tratamiento con láser. A su vez, debemos advertir al paciente de la posibilidad de aparición de alergias cutáneas al intentar eliminar el tatuaje. Se ha descrito la aparición de una urticaria local con generalización secundaria al intentar eliminar un tatuaje con láser CO2 y la precipi ta ción de una reacción alérgica local y sistémica en dos pacientes tratados con láser Nd:YAG y rubí, respectivamente.

Tumores

Varios artículos hacen referencia a la aparición de tumores cutáneos malignos en el interior de los tatuajes. Hasta el momento se han publicado 12 casos de melanoma maligno (MM), 7 de carcinomas basocelulares, 3 de carcinomas espinocelulares, 5 de queratoacantomas y uno de dermatofibrosarcoma protuberans. Actualmente, la causa de la aparición de estos tumores en áreas tatuadas es desconocida. La reacción inflamatoria provocada por la realización del mismo tatuaje, la introducción intradérmica de compuestos potencialmente tóxicos o carcinogénicos, junto con la exposición a radiación ultravioleta y, probablemente, factores genéticos, podrían intervenir en su etiopatogenia. Sin embargo, dado el escaso número de casos comunicados y la gran prevalencia de personas tatuadas, parece que esta asociación es puramente casual y, a la espera de datos más concluyentes, así es como debe considerarse por el momento. Por este motivo, y dado el debate existente, la comunidad médica debería comunicar todos los casos encontrados en su práctica clínica y, a ser posible, iniciarse estudios de cohortes prospectivos para averiguar el verdadero papel de los tatuajes sobre la carcinogénesis cutánea.

La aparición de un MM sobre un área tatuada ocasiona una serie de problemas tanto en la interpretación clínica como histológica de este tumor maligno. Como es lógico, los tatuajes pueden enmascarar la aparición de nuevas lesiones melanocíticas e incluso pueden modificar la morfología de un nevus preexistente dotándolo de una apariencia atípica. Por otra parte, el mismo procedimiento del tatuaje puede ocasionar la aparición de una serie de cambios histológicos como respuesta a esta agresión externa. Estos hallazgos microscópicos, que incluyen la presencia de un infiltrado inflamatorio linfocitario, fibrosis dérmica y melanófagos, pueden simular la regresión de un MM en el caso de que éste apareciera sobre un área tatuada. Guitart et al han demostrado que aquellos MM con un índice de Breslow de menos de 1 mm y que presentan una regresión histológica importante (> 50 %) poseen un mayor potencial metastático, comparados con MM del mismo espesor sin signos de regresión86. Por tanto, la regresión histológica en este tipo de pacientes debe ser interpretada con mucha cautela, ya que puede estar ocasionada por el mismo tatuaje. Por último, la aparición de un MM en el espesor de un tatuaje o en su vecindad puede ocasionar problemas a la hora de interpretar la técnica del ganglio centinela. La aparición de pigmento en la exploración macroscópica de los ganglios linfáticos que drenan un área tatuada no presupone una infiltración metastática, sino que puede tratarse del propio pigmento del tatuaje. Sin embargo, desde un punto de vista histológico no resulta difícil tal diferenciación con las actuales técnicas inmunohistoquímicas.

Efectos adversos cutáneos por tatuajes temporales

Los tatuajes de henna natural son muy seguros y raramente ocasionan reacciones cutáneas adversas. Solo de manera excepcional se han comunicado reacciones de hipersensibilidad tanto aguda como retardada a este pigmento natural89,90. Sin embargo, los casos de eccema de contacto alérgico por henna negra debido a los derivados de la PPDA que contiene son muy frecuentes e incluso se han comunicado microepidemias (fig. 7). En general ocurren con una única exposición, ya que los tatuajes suelen llevar concentraciones elevadas de PPDA, y se presentan clínicamente en forma de eccema agudo. Estas reacciones curan en 2-3 semanas y pueden dejar temporalmente un área hipopigmentada postinflamatoria con la forma original del tatuaje. Pero ésta no es la única consecuencia que trae consigo una sensibilización a la PPDA. Estos pacientes no podrán utilizar en un futuro tintes capilares permanentes que la contengan y podrán desarrollar eccemas alérgicos por artículos de goma negra, colorantes textiles del grupo azo y fotoprotectores con ácido paraaminobenzoico debido a que estos compuestos presentan una estructura química similar y pueden tener reacción cruzada con la PPDA. Por este mismo motivo, los pacientes podrían desarrollar toxicodermias por sulfamidas, anestésicos locales del grupo éster tipo benzocaína y sulfonamidas. Además, el desarrollo de estas sensibilizaciones puede tener consecuencias laborales en caso de dedicarse en un futuro a ciertas profesiones como peluquería, revelado fotográfico o tinte de calzado, entre otras91. Se han comunicado algunos casos de alergia a la henna negra en que la sustancia sensibilizante ha sido el perfume utilizado como aditivo en vez de la PPDA.
Figura 7. A. Dermatitis de contacto alérgica aguda por parafenilenediamina (PPDA). B. Pruebas epicutáneas con lectura a las 96 horas.

Figura 7. A. Dermatitis de contacto alérgica aguda por parafenilenediamina (PPDA). B. Pruebas epicutáneas con lectura a las 96 horas.

Sin embargo, no todos los tatuajes temporales de color negro son de henna con derivados de PPDA. Existen otros tatuajes temporales, entre los que se incluyen el kohl y el harquus. Recientemente se han descrito tres casos de dermatitis de contacto alérgica por harquus en pacientes que habían sido tatuados con esta sustancia durante sus vacaciones en Túnez. Elharquus es un tatuaje temporal de color negro que se obtiene de forma artesanal tras la mezcla de varias plantas del desierto.

Tipos de tatuaje

El término «tatuar» hace referencia al acto de grabar dibujos indelebles en la piel, introduciendo pigmentos en la dermis. Aunque el origen del tatuaje no está claramente definido, se sabe que, durante toda la historia, ha sido una práctica realizada en muchas civilizaciones de zonas geográficas muy distantes, con unos motivos o finalidades diferentes. La palabra «tatuaje» fue introducida en Europa a finales del siglo xviii gracias a las exploraciones geográficas que el Capitán Cook llevó a cabo en Tahití y las islas de la Polinesia2. En esta zona del sur del Pacífico los tatuajes consistían en diseños geométricos muy elaborados que usualmente eran trabajados durante toda la vida hasta que llegaban a cubrir el cuerpo entero. El tatuaje era una parte natural y espiritual de la vida de los polinesios, tenía un profundo significado cultural y social, y era normal que el respeto hacia una persona se midiera por la cantidad de tatuajes que tuviera.

Durante la década de los setenta, la realización de tatuajes en los países más industrializados estuvo limitada a determinadas profesiones como el personal militar, o a miembros de ciertos movimientos culturales alternativos, como la cultura punk3. Sin embargo, en las últimas dos décadas estamos asistiendo a un notable aumento en la demanda de tatuajes, especialmente entre los más jóvenes. En Estados Unidos, donde esta práctica está ampliamente generalizada, se estima que entre un 8 y un 24 % de la población es portadora de un tatuaje4-7. Aunque la clasificación puede ser compleja, los tatuajes se pueden dividir a grandes rasgos en tres grupos: traumáticos, cosméticos y decorativos.


Los tatuajes traumáticos son aquellos en los que un determinado material se impacta en la dermis de manera involuntaria. Esto ocurre a menudo en las abrasiones de la piel que se producen tras un accidente de bicicleta o moto, o también tras un pinchazo con la punta de un lápiz, que deja un tatuaje de grafito. Los tatuajes cosméticos o micropigmentaciones se emplean como maquillaje permanente para delinear ojos, labios o cejas, y en las reconstrucciones mamarias para el diseño del complejo areola-pezón. 


También se han utilizado de forma terapéutica para corregir varias dermatosis cosméticamente desfigurantes como el vitíligo, la alopecia areata o ciertas malformaciones vasculares, entre otras. Por último, los tatuajes decorativos son aquellos que pretenden otorgar al individuo un cierto rasgo distintivo por determinadas creencias culturales, religiosas o sociales. Los tatuajes decorativos pueden ser realizados por profesionales o por personal amateur. Los tatuajes no profesionales son realizados por personal no cualificado, habitualmente bajo escasas o nulas condiciones de higiene, y suelen utilizar tinta china, carbón vegetal o cenizas como pigmento y un alfiler como tatuador. Estos tatuajes no suelen tener una gran calidad artística y su realización aumenta considerablemente la probabilidad de padecer efectos secundarios indeseables, habitualmente de origen infeccioso. Por el contrario, los tatuajes profesionales son realizados con una pistola de tatuar, tienen una gran calidad artística con profusión de detalles y, al menos en teoría, deben realizarse bajo unas estrictas condiciones higiénico-sanitarias en establecimientos especialmente habilitados para tal fin y siempre bajo la vigilancia y control de la administración regional y de los ayuntamientos correspondientes. La composición de los pigmentos que utilizan los tatuadores profesionales son sales inorgánicas de metales o pigmentos vegetales orgánicos muy variados

En contraste con los tatuajes convencionales, los tatuajes temporales no requieren la inyección intradérmica del pigmento, sino que éste se aplica superficialmente tiñendo tan solo el estrato córneo. Estos tatuajes temporales se realizan habitualmente con henna, un pigmento natural obtenido de la planta Lawsonia inermis que deja la piel teñida de un color marrón rojizo y que se elimina al cabo de dos o tres semanas por el proceso fisiológico de renovación cutánea. La lawsona o 2-hidroxi-1,4-naftoquinona es la responsable del poder colorante de esta planta y raramente produce sensibilizaciones. La henna natural se utiliza desde hace siglos de manera habitual en países musulmanes e hindúes con fines cosméticos. En Occidente, sin embargo, la henna se adultera con diversos aditivos. Por una parte, se añaden diversos productos como aceite de limón, vinagre u hojas de té con el fin de evitar su deterioro, y por otra parte, se utilizan otros aditivos como la parafenilenediamina (PPDA) o derivados de la misma para oscurecer el pigmento y conferir un tono más negro al producto final (henna negra). La realización de tatuajes temporales con henna negra está actualmente de moda y es práctica habitual durante el periodo de vacaciones estivales, especialmente entre la población infantil.

Efectos adversos cutáneos por tatuajes permanentes

Reacciones inflamatorias

Las reacciones inflamatorias agudas aparecen de manera inmediata tras la realización del tatuaje y se prolongan durante 1-2 semanas como consecuencia de la agresión que suponen las múltiples infiltraciones intradérmicas de pigmento. Se trata, por tanto, de un efecto secundario esperable y prácticamente constante tras la realización del tatuaje, por lo que los pacientes son advertidos de antemano por el tatuador y no suelen requerir asistencia médica, a lo sumo la aplicación de un corticoide tópico.

Por otro lado, las reacciones retardadas ocurren semanas e incluso años tras la realización del tatuaje. Aunque se ha pretendido clasificar estas reacciones tardías en distintos patrones clínico-patológicos, en la práctica puede resultar difícil tal individualización debido, por un lado, a la inespecificidad de las manifestaciones clínicas y, por otro lado, al solapamiento de los patrones histológicos. Se ha comunicado la aparición de estas reacciones retardadas como manifestación clínica del síndrome de restauración inmunológica en pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en los que se inicia terapia antirretroviral.

Las dermatitis de contacto alérgicas se caracterizan clínicamente por la aparición de lesiones eccematosas limitadas al área tatuada con ocasional generalización secundaria. Histológicamente, se caracterizan por la presencia de acantosis, espongiosis y un infiltrado inflamatorio linfocitario perivascular. Los tatuajes rojos, especialmente aquellos que contienen mercurio, son los que ocasionan con más frecuencia este tipo de reacción retardada. Las reacciones fotoinducidas se manifiestan por la aparición de lesiones eritemato-edematosas tras la exposición a radiación ultravioleta. Los tatuajes amarillos o rojos que contienen cadmio en su composición son los que con más frecuencia provocan esta fotodermatosis. Para algunos autores las reacciones liquenoides son las que se presentan con más frecuencia y se caracterizan, tanto desde un punto de vista clínico como histológico, por la presencia de lesiones similares al liquen plano en un área concreta del tatuaje . Los pigmentos que contienen mercurio en su composición son los más frecuentemente implicados en este tipo de reacciones.
Figura 1. Reacción inflamatoria eccematosa por pigmento negro.
Figura 1. Reacción inflamatoria eccematosa por pigmento negro.
Figura 2. Reacción inflamatoria liquenoide por pigmento rojo.
Figura 2. Reacción inflamatoria liquenoide por pigmento rojo.
También se han descrito reacciones granulomatosas (fig. 3) que desde un punto de vista histológico se pueden presentar bien como reacciones a cuerpo extraño con numerosas células gigantes que contienen en su interior partículas de pigmento, bien como reacciones de hipersensibilidad con escasas células gigantes. Estas reacciones granulomatosas se han asociado al uso de cromo, mercurio, cobalto y manganeso. De manera más infrecuente, se ha descrito la aparición de granulomas sarcoideos en el interior del tatuaje. Este hallazgo puede ser inespecífico o tratarse de la manifestación clínica inicial de una sarcoi dosis sistémica, por lo que en tal situación es necesario descartar la presencia de otras manifestaciones de la enfermedad.
Figura 3. Reacción inflamatoria granulomatosa tras micropigmentación del reborde labial.
Figura 3. Reacción inflamatoria granulomatosa tras micropigmentación del reborde labial.
Las reacciones pseudolinfomatosas se manifiestan como nódulos eritematovioláceos indurados limitados al área tatuada (fig. 4). Histológicamente simulan linfomas cutáneos T o B, aunque su comportamiento biológico, por definición, es benigno. De manera característica, los linfocitos que componen este tipo de infiltrados pseudolinfomatosos muestran policlonalidad, al contrario que los auténticos linfomas cutáneos. Este tipo de reacción cutánea se ha descrito asociada al uso de pigmento rojo fundamentalmente, pero también al verde y al azul.
Figura 4. Reacción inflamatoria retardada por pigmento rojo. El estudio histológico mostró un patrón de respuesta histológico pseudolinfomatoso.
Figura 4. Reacción inflamatoria retardada por pigmento rojo. El estudio histológico mostró un patrón de respuesta histológico pseudolinfomatoso.
Por último, la hiperplasia pseudoepiteliomatosa (HP) es un patrón histológico reactivo, que de manera infrecuente se presenta como efecto secundario tras la realización de un tatuaje. La importancia de este hallazgo histológico radica en la dificultad a la hora de diferenciarlo de auténticas neoplasias cutáneas como el carcinoma escamoso o el queratoacantoma. El diagnóstico preciso puede resultar especialmente complejo en caso de obtención de biopsias incompletas por afeitado o punch cutáneo, por lo que en estos casos es siempre recomendable la realización de biopsias escisionales. La HP se caracteriza desde un punto de vista histológico por una acantosis irregular que afecta la epidermis y el infundíbulo folicular, ausencia de atipia citológica y una escasa actividad mitótica. Dado que la HP se ha descrito como patrón reactivo ante distintos procesos infecciosos, se recomienda la realización de tinciones para descartar la presencia de hongos, bacterias y micobacterias.
Fenómeno de Koebner

La realización de un tatuaje supone una agresión cutánea y como tal puede desencadenar la aparición de ciertas dermatosis a través del fenómeno isomórfico de Koebner. La aparición de lesiones psoriasiformes sobre áreas tatuadas fue descrita inicialmente por el propio Heinrich Koebner en 1872 y desde entonces se han publicado varios casos adicionales. Este fenómeno también ha sido comunicado en relación a tatuajes con la sarcoidosis, el pioderma gangrenoso o el lupus eritematoso cutáneo. Adicionalmente, la aparición de una sarcoidosis sobre tatuajes se ha descrito como manifestación clínica del síndrome de restauración inmunológica en pacientes infectados por el VIH que inician terapia antirretroviral.

Aunque la aparición de un liquen plano sobre un área tatuada es posible teóricamente al ser bien conocida la predisposición de esta dermatosis a presentar el fenómeno isomórfico, en la práctica puede resultar difícil diferenciar un auténtico liquen plano de las ya comentadas reacciones liquenoides localizadas en las áreas tatuadas.

Enfermedades infecciosas

Durante el proceso de tatuaje, el pigmento penetra en la dermis y entra en contacto con capilares sanguíneos y vasos linfáticos, por lo que es posible la transmisión de enfermedades infecciosas . La probabilidad de adquisición de enfermedades infecciosas depende en gran medida de las condiciones higiénicas en las cuales se realice el tatuaje y de la experiencia del tatuador, por lo que la realización de estas técnicas por personal no profesional aumenta de manera considerable el riesgo. En ocasiones, aunque las medidas higiénico-sanitarias a la hora de realizar la técnica sean las correctas, la esterilidad de los pigmentos suministrados al tatuador es escasa, encontrándose envases de pigmento contaminados (fig. 5). Las piodermitis estafilocócicas y estreptocócicas son relativamente frecuentes, bien por su adquisición durante el procedimiento, bien por la ausencia de unos mínimos cuidados posteriores. Sin embargo, resulta difícil dar cifras exactas sobre la incidencia de esta complicación debido a que pocos casos llegan a consultar al médico, y acuden directamente al establecimiento donde se les realizó el tatuaje. Por otra parte, estamos asistiendo a un aumento importante de infecciones bacterianas sistémicas cuya puerta de entrada son los tatuajes. Dada la mayor susceptibilidad de sufrir una endocarditis, en aquellos pacientes con cardiopatías congénitas se debería desaconsejar la realización de tatuajes o piercings o, al menos, retrasarla hasta consultar con el cardiólogo.

Figura 5. Absceso por P. aeruginosa. El estudio microbiológico demostró que el envase del pigmento estaba contaminado por este microorganismo.
Figura 5. Absceso por P. aeruginosa. El estudio microbiológico demostró que el envase del pigmento estaba contaminado por este microorganismo.

La realización de un tatuaje supone un factor de riesgo conocido para la adquisición de ciertas infecciones virales como la hepatitis B. Aunque la evidencia científica y la publicación de casos anecdóticos sugieren que es posible la transmisión del VIH y del virus de la hepatitis C (VHC) a través del tatuaje, desde un punto de vista epidemiológico no se considera un factor de riesgo con relevancia estadística. A pesar de estas controversias, no está permitida la donación de sangre hasta 6-12 meses después de la realización de un tatuaje. También se han descrito casos aislados de infecciones cutáneas por el virus del papiloma humano(fig. 6) o moluscos contagiosos tras la realización de tatuajes.
Figura 6. Implantación de verrugas víricas tras micropigmentación del reborde labial.
Figura 6. Implantación de verrugas víricas tras micropigmentación del reborde labial.
En un intento por minimizar estos y otros problemas asociados a la realización de tatuajes, micropigmentaciones o piercings, los gobiernos autonómicos han aprobado decretos que regulan la práctica de dichas técnicas, así como los requisitos para la autorización y funcionamiento de los establecimientos donde se llevan a cabo este tipo de actuaciones. Con estas medidas se trata de garantizar la correcta realización de estos adornos en establecimientos adecuados, por parte de personal bien formado, y siempre bajo la vigilancia y control de la administración regional y de los ayuntamientos correspondientes.